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¿Quién paga las humedades por condensación, el inquilino o el propietario?
Las humedades por condensación son un problema muy común en muchas viviendas. Sin embargo, determinar quién es responsable de su reparación puede generar algunos conflictos. En este artículo, trataremos de dejar claro quién paga las humedades por condensación. A su vez, te daremos algunos tips para que puedas solucionar este problema de la forma más efectiva.
¿Quién es responsable de pagar las humedades por condensación?
La legislación vigente, como veremos a continuación, ofrece diversas obligaciones a ambas partes en un caso como este.
En viviendas individuales: propietario vs inquilino
Si hablamos de una vivienda individual, el responsable de pagar las humedades por condensación es, por lo general, el inquilino. Sobre todo si la causa del problema es el uso inadecuado de la ventilación o la calefacción.
No obstante, si la condensación es el resultado de problemas estructurales o de mantenimiento (ventanas defectuosas, aislamiento insuficiente, etc.), la responsabilidad recae en el propietario.
En comunidades de vecinos: ¿qué dice la ley?
En nuestro país, la ley establece que el responsable de pagar las humedades por condensación en una vivienda varía en función de la causa del problema. Si las humedades son consecuencia de un defecto en la estructura o en el aislamiento del edificio, el pago corresponderá al propietario o a la comunidad de vecinos asumir los costes de reparación.
En cambio, si la humedad procede de la falta de ventilación o de un uso inadecuado de la vivienda o los espacios comunes, el inquilino será quien se encargue de los gastos.
¿Qué hacer si tienes humedades por condensación?
Una vez que conocemos quién paga las humedades por condensación en una vivienda, es hora de saber cómo podemos eliminar este problema.
Pasos iniciales: identificación y reporte
Lo primero que debes hacer es identificar la causa de las humedades para actuar de la forma más precisa. Además, hay que reportar el problema a tiempo para garantizar que se tomen las medidas más rápidas. Estos pasos iniciales previenen daños mayores y fomentan un ambiente más saludable en el hogar.
Medidas preventivas para evitar la condensación
Hay una serie de medidas fundamentales que puedes poner en práctica para evitar las humedades por condensación:
- Ventilación adecuada: imprescindible la circulación de aire adecuada en baños y cocinas.
- Uso de deshumidificadores: estos aparatos ayudan a reducir la humedad en el ambiente.
- Aislamiento térmico: instalar aislantes en techos, paredes y suelos para evitar que el vapor de agua se condense en superficies frías.
- Calefacción equilibrada: mantener una temperatura constante para evitar enfriamientos bruscos.
- Sellado de grietas: reparar grietas y juntas en paredes y techos.
Soluciones recomendadas por expertos
Desde Prohucon, especialistas en la reparación de humedades por condensación, filtraciones y capilaridad, te recomendamos:
- Usar pinturas antihumedad: ayudan a prevenir la formación de moho.
- Instalar sistema de ventilación mecánica controlada: renuevan el aire interior de manera eficiente.
- Mejorar la impermeabilización en la fachada: se consigue evitar que la humedad penetre desde el exterior.
- Usar materiales higroscópicos: regulan la humedad ambiental al absorber y liberar agua.
Consecuencias de no solucionar las humedades por condensación
¿Qué ocurre si no actuamos en casa frente a las humedades por condensación? Las consecuencias de este problema pueden ser muy importantes.
Daños estructurales a largo plazo
La acumulación de humedad en techos y paredes deteriora los materiales de construcción y debilita la estructura del edificio. Con el paso del tiempo, esta situación puede provocar la aparición de grietas, desprendimientos en los revestimientos e incluso poner en riesgo la integridad de los cimientos. Además, la humedad persistente fomenta el crecimiento de moho.
Impacto en la salud de los habitantes
Por último, las humedades por condensación provocan la aparición de moho y ácaros. Estos elementos conllevan problemas respiratorios (asma y alergias) con el paso del tiempo y agravan las enfermedades de aquellas personas que ya padecen estos trastornos de forma crónica. La exposición continua a estos agentes puede debilitar el sistema inmunológico.
